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Calabor es una localidad perteneciente al municipio de Pedralba de la Pradería, en la comarca de Sanabria, provincia de Zamora, Castilla y León, España. Está situada a tan solo 2 km de la frontera con Portugal, en un entorno natural entre la comarca de Sanabria al norte y la región de Tras-os-Montes al sur. Su geografía se caracteriza por estar enclavada en una zona de difícil acceso, rodeada de bosques de castaños y robles, y próxima a dos parques naturales. La localidad se encuentra en un área de transición entre la zona húmeda y templada, con un ecosistema que alberga una gran diversidad de especies, incluyendo la mayor población de lobos de Europa Occidental.
Calabor tiene indicios de poblamiento anteriores a la llegada de los romanos, quienes descubrieron y aprovecharon las propiedades de sus aguas minero-medicinales, exportándolas incluso a otros territorios de Europa. Durante la época visigoda, la localidad, entonces conocida como Calapax o Calapacia, albergó una ceca donde se acuñaban monedas de oro (tremises). Las aguas termales de Calabor, de origen subterráneo, han sido explotadas desde tiempos inmemoriales, siendo declaradas de utilidad pública en 1887. En el siglo XVIII comenzó la explotación del balneario, que alcanzó gran relevancia en el siglo XIX, aunque sufrió un incendio en la segunda mitad del siglo XX, lo que llevó a su cierre temporal hasta la década de 1970, cuando se retomó el embotellamiento de sus aguas. Actualmente, se trabaja en un nuevo balneario para revitalizar esta tradición. La economía de Calabor se ha basado históricamente en la agricultura, la ganadería, las minas de estaño y azufre (hasta hace unas décadas), el balneario, una embotelladora de aguas minerales y un parque eólico.
Famoso por sus aguas minero-medicinales, conocidas desde la época romana por sus propiedades terapéuticas para enfermedades renales, digestivas, nerviosas y de la piel. Actualmente, se puede visitar el nuevo balneario, que combina instalaciones modernas con la tradición termal.
La surgencia de aguas termales, con temperaturas constantes de 25-27 °C, es un punto de interés geológico y turístico. Estas aguas emergen a través de un sistema de fracturas en rocas ordovícicas y silúricas, enriquecidas por calor radiogénico de minerales con elementos radioactivos.
Fiesta popular con misa y opciones para pasar el día en "La Frontera" o "Forfías".
Celebración con procesión y ofrenda al santo.
En los meses de julio y agosto, los visitantes pueden disfrutar de esta piscina natural, ideal para un baño refrescante en un entorno rodeado de manantiales y riachuelos.
Baños termales: La principal atracción es el uso de las aguas minero-medicinales del balneario, ideales para relajación y tratamientos terapéuticos